martes, 31 de marzo de 2015

Las pesadillas no tienen final


You know what I was thinking? I was thinking, how many of you people am I going to have to kill to save your lives?

SPOILERS SOBRE LA QUINTA TEMPORADA

Los últimos capítulos de la quinta temporada desde 'What Happened and What's Going on' a 'Conquer' han llevado al grupo de Rick desde la desolación más absoluta (el enfrentamiento en Terminus, la muerte de Beth) hasta un supuesto paraíso terrenal llamado Alexandria. Tras cinco temporadas viendo a nuestro héroes dando tumbos por el sur de Estados Unidos se encuentran con una zona segura en su camino hacia Washington D.C. El grupo ha cambiado mucho desde que dejaron la cárcel en 'Too Far Gone' (4x08) y más desde el espectacular rescate orquestrado por Carol en Terminus en el inicio de la quinta temporada. Ya no son los mismos aunque algunos se aferran a su humanidad para sobrellevar las heridas que deja el sobrevivir en un mundo donde lo más peligroso que te puedes encontrar no es una horda de zombies. 

El segundo tramo de la quinta temporada se articula en torno a una pregunta: ¿Qué estás dispuesto a hacer para sobrevivir? En el pasado, el padre Gabriel dejó a su congregación morir; Eugene elaboró una mentira plausible para asegurarse la protección de Abraham; Rick destrozó a dentelladas la garganta de un mal hombre; Carol mató a dos personas infectadas y las quemó... Sobrevivir es importante pero ¿qué precio pagas por ello? ¿Dónde está la humanidad? ¿Dónde está el límite? ¿Hasta cuándo pueden seguir así sin convertirse en gente como la que habitaba Terminus?

Durante el viaje hacia el norte dos cosas se hicieron evidentes; primero que era necesario encontrar un lugar donde establecerse y segundo, que algunos miembros del grupo empezaban a perderse en su locura como Sasha o Gabriel, incluso me preocupó mucho la situación de Maggie tras conocer el destino final de su hermana. Sin embargo, tras la tormenta -real y metafórica- llegó a calma en forma de Aaron, el pasaporte de entrada en Alexandria. 

Parece que todas las dudas del grupo, que todas sus acciones y sueños les encaminaron hacia Alexandria y es allí donde vemos a “nuestros héroes” actuar como villanos. ¿Por qué? Porque aunque algunos parecen decididos a aclimatarse, otros (Rick, Carol) continúan pensando en sobrevivir a cualquier precio. La idílica ciudad amurallada es un caramelo demasiado dulce para algunos de nuestros viejos conocidos y tanta civilización se les atraganta. Tanto tiempo en la carretera les ha convertido en seres peligrosos, más de lo que aparentan. Puede que el padre Gabriel tenga razón al afirmar que el grupo de Rick no se merece el paraíso que representa Alexandría pero si ellos no se lo merecen, nadie lo hace. Curiosamente, Alexandria sirve para ver más claramente las fracturas en el grupo y la crisis de liderazgo de Rick. Algunos no piensan en tomar la ciudad (Maggie, Glenn, Michonne) y su posición y manera de encarar los peligros es diametralmente opuesta a la que toma Rick. La lucha que Gleen mantiene con Nicholas en 'Conquer' nos demuestra que dentro del joven aún hay humanidad, esperanza y que él, como Morgan (futuro residente de Alexandria) cree que "all life is precious". Por su parte, Maggie es capaz de encontrar la fuerza necesaria en su interior como para perdonar al padre Gabriel por su traición y, de paso, salvar a Sasha de cometer un asesinato. 

Alexandria corre peligro por el mero hecho de existir. Cualquier grupo de los vistos hasta ahora (el Gobernador, la gente de Terminus) habría intentado tomar la ciudad. Rick tiene claro que quiere la ciudad pero también tiene claro que la gente que vive en ella puede ser un obstáculo para su seguridad. La suerte se acaba y como bien explica Abraham Ford: "There is a vast ocean of shit out there you people don't know shit about. Rick knows every fine grain of said shit. And then some." La gente de Alexandria no ha sufrido ni luchado, no han pasado hambre ni frío, no saben lo que es ver a un amigo ser despedazado por los zombies, no han corrido para salvar sus vidas, no han tenido que ejecutar a nadie, no saben que el mundo ahora pertenece a los zombies. Carol tiene claro que "these people are children". Resulta paradójico que los ciudadanos de Alexandria tengan que ser salvados de si mismos porque su incapacidad para defenderse es su mayor debilidad.

Rick puede que tenga razón al decir que la suerte ha sido lo único que ha mantenido a salvo a Alexandria hasta el momento. Sabe que vendrán los lobos aunque aún no sabe que se dedican a marcar a los zombies con W. Los zombies son relativamente fáciles de tratar, el problema son los seres humanos. No obstante, aunque su obsesión es defender Alexandria, sus maneras son demasiado expeditivas. ¿Es Rick un futuro Gobernador, un futuro Gareth? Puede que no pero la frontera cada vez parece estar más cerca y hay momentos -la masacre en la iglesia del padre Gabriel, la muerte del marido maltratador- en los que la frialdad de Rick asusta. ¿Será Morgan quien le recuerde el hombre que fue? ¿Encontrará la forma de equilibrar su lobo interior con la apacible cotidianeidad de Alexandria? 

Antes de morir Bob le dijo a Rick que este no era el mundo real: "This is a nightmare. And nightmares end." Por mucho que quiera creer en esas palabras la verdad es que Bob se equivocaba, el mundo real está plagado de zombies, de lobos. Entonces, ¿qué es Alexandria? Un espejismo de un mundo que no volverá. La pesadilla alcanzará la ciudad amurallada más pronto que tarde. Hay que estar preparados.


jueves, 19 de marzo de 2015

Las vacaciones de verano de Mabel y Dipper

En los últimos meses, la ficción animada me ha deparado gratas sorpresas. Tras zambullirme de lleno en el universo de Avatar con Korra y Ang necesitaba un revulsivo para animarme tras finalizar ambas series en menos de un mes. Aposté por Gravity Falls. Si no conocéis a Dipper y Mabel Pines dejad de leer y corred a descargar la primera temporada de esta maravilla. 

La historia se centra en los gemelos Dipper y Mabel Pines, quienes son enviados por sus padres a pasar el verano con su tío Stan en Gravity Falls, un pueblecito de Oregón. El tío Stan (personajazo) es un caradura algo salvaje que regenta La Cabaña del Misterio, un tienda donde engaña a incautos turistas. En la tienda trabajan Soos y Wendy, dos secundarios que aportan mucho a la historia y que entablan buenas relaciones con Dipper y Mabel. Los hermanos Pines pronto descubrirán que tras la apacible fachada del lugar se esconde una realidad repleta de seres sobrenaturales y sucesos inexplicables. En Gravity Falls hay un poco de todo: gnomos, dinosaurios, monstruos, zombies, fantasmas, demonios y Bill

Dipper, más racional y comedido que su hermana, encuentra un diario donde se recogen los maravillosos horrores del lugar. Un diario que les ayudará a enfrentarse a las más variadas criaturas. Sin embargo, la identidad del autor de los diarios (pronto descubrimos que hay más de uno) no se revela hasta el undécimo capítulo de la segunda temporada (Not What He Seems), emitido el pasado 9 de marzo. Un capítulo que he visto ya dos veces -no descarto verlo una tercera- y que es un claro ejemplo de la grandeza que esconde una serie que muchos catalogan como “infantil”. 

Alex Hirsch ha creado un producto para niños y adultos con la suficiente calidad como para entretener a ambos grupo de edad y que juega muy bien sus bazas; la nostalgia, lo retorcido, lo sorprendente, lo extraño, lo entrañable. Al encanto del dibujo hay que añadir una mitología rica que crece y se complica ante nuestros ojos capítulo a capítulo. La acción que despliegan los episodios de Gravity Falls es inteligente y está bien armada y dibujada. Por poner un ejemplo, la huida de Stan en el mencionado Not What He Seems o la pelea de Dipper contra Gideon en el episodio Gideon Rises; contienen escenas de acción de gran calidad que nada tienen que envidiar a otros productos televisivos en emisión.

Las tramas de Gravity Falls, gran parte de ellas relacionadas con los misterios del pueblo y el diario, han dado para mucho en la red. Hay foros, blogs y videoblogs que diseccionan los capítulos en busca de pistas sobre el diario y los secretos del tío Stan. El nivel de atención que Gravity Falls acapara, sin llegar a los extremos de Lost, me recuerda un poco a la locura conspiranoica de la isla, a las teorías de X-Files e incluso al fervor detallista de algunos seguidores de Twin Peaks. Puede parecer algo exagerado pero no por ello deja de ser menos cierto. 

Hay que destacar, gran parte del éxito de la serie depende de ello, el trabajo de los actores y actrices de doblaje. Especial mención merece Kristen Schaal (actualmente en The Last Man on Earth) por su Mabel Pines. Sin duda, Schaal ha sabido hacer de Mabel el personaje más fantástico y singular de Gravity Falls. Su voz se adapta perfectamente a un personaje alocado, sensible y amante de los desafíos, capaz de ver el lado positivo de cualquier persona y/o situación. A Schall hay que añadir al propio creador de la serie, Alex Hirsch quien pone voz a Soos y Stan. Jason Ritter, hijísimo de John Ritter, se encarga de prestar su voz a Dipper. Linda Cardellini es la voz de Wendy. De vez en cuando, Nick Offerman (Parks and Recreation) aparece como un agente del gobierno (me reí mucho con ese detalle)

El éxito de Gravity Falls no es un golpe de suerte. La serie se asienta sobre una excelente base: buenos dibujos, estupendos diálogos, personajes entrañables, humor y misterio. Además, siempre hay un leve matiz de peligro e inseguridad entorno a las aventuras de los hermanos Pines. Un matiz que inyecta adrenalina en el espectador y que dota al conjunto de un tono adulto que ya quisieran otras series. 

Reconozco mi debilidad por Gravity Falls porque, como serie y producto de entretenimiento, me ha proporcionado todo lo que necesitaba. Con Gravity Falls me siento como en casa, me divierto, me emociono. Hay momentos realmente conmovedores y otros surrealistas. Hay amor por la familia y secretos. Hay ternura y aventura. Hay fuegos artificiales y peleas con globos de agua y un sireno llamado Sirenardo. Y por si fuera poco, Mabel es la orgullosa propietaria de una de las mejores mascotas televisivas de la historia: Waddles, un adorable cerdito que da mucho juego. En resumen, Gravity Falls es una de las series más inteligentes y divertidas de los últimos años. Dejad los prejuicios atrás porque merece la pena darse una vuelta por Oregon y conocer a los Pines.

domingo, 8 de marzo de 2015

Bosch, la otra gran serie de Amazon


Poco se ha hablado de Bosch, una de las series lanzadas por Amazon este año, y es una lástima porque estamos ante un producto de buena factura, con excelentes interpretaciones, una trama sólida y una puesta en escena impecable. El silencio alrededor de Bosch creo que se debe a dos factores: fue estrenada después de Transparent, serie que atrajo la atención tanto de la crítica como del público; y no supone una revolución, su corte es demasiado clásico. 

Transparent es la serie con más visibilidad de Amazon, esa condición de diamante en bruto hace que pocos se percaten de la existencia de Bosch, un drama noir ambientado en Los Ángeles que sin ser brillante, convence. Darabont debería ver todos sus capítulos para entender qué falló en su Mob City.

En su momento, cuando Amazon lanzó su tanda de pilotos, Bosch fue uno de los que más me gustó y aquella primera impresión fue acertada. Tras devorar los 10 episodios que conforman su primera temporada tengo que decir que es una serie de gran cohesión argumental, que crece capítulo a capítulo, y que tiene muy claro cuando debe soltar lastre y cuando debe cerrar tramas.

El taciturno y siempre observador Harry Bosch es un regalo para Titus Welliver, un actor que sabe insuflar credibilidad y fuerza a un personaje que surca los mares de la vida aferrado a su código de honor y a su sentido de la justicia. Harry no es un santo, tampoco es un mal hombre pero está acostumbrado a moverse en la amplia zona gris, algo que acarrea un precio. Welliver, bregado como secundario en series como Lost, The Good Wife o Deadwood, se enfrenta con éxito a su primer -y merecidísimo- protagónico.

Cuando conocemos a Hieronymous 'Harry' Bosch, quintaesencia del detective silencioso y pragmático, comienza a investigar el asesinato de un menor muerto hace más de 20 años. A medida que avanza los capítulos vamos conociendo más cosas sobre su pasado y sobre su manera de afrontar la vida y el trabajo. Harry Bosch, como personaje, no supone ninguna revolución, es un arquetipo visto previamente en cientos de películas y series de televisión. Sin embargo, a pesar de conocer de que pasta está hecho el personaje principal, la serie resulta interesante. Cuando la cámara se centra en Harry puedes sentir toda la furia de las calles de Los Ángeles corriendo por sus venas. Con todo, pocas veces se deja cegar por ella aunque la usa como estímulo para seguir adelante. Bosch es un detective formidable con un sentido muy elevado de la justicia, del trabajo bien hecho y de la ética profesional.

Hay que agradecer la presencia de Welliver en la serie pero él no es el único que aporta consistencia al reparto; ahí tenemos a Jaime Hector, a Lance Reddick, a Mimi Rogers, a Steven Culp o a Sarah Clarke, haciendo lo que mejor saben hacer, dejar su impronta en unos secundarios que tienen momentos para brillar con luz propia aunque la sombra de Welliver es muy larga.

La serie no puede entenderse fuera de otro entorno que no sea Los Ángeles, la ciudad es más que el escenario donde ser desarrolla la historia es también un personaje más. Por eso creo que se tomaron tantas molestias en capturar su esencia, la fotografía de la serie es impecable: los planos desde la casa de Harry, las luminosas barriadas pobres, los almacenes abandonados, los exteriores de la comisaría de policía, las colinas... no hablo de imágenes hermosas pero planas; aquí la ciudad es un ente tridimensional con textura, con historia, con secretos, con lugares que merece la pena visitar y otros que no son más que una traslación del infierno en la tierra.

Bosch tiene un tempo narrativo lento, se toma su tiempo para armar la trama principal y trabaja, poco a poco, las secundarias. Estamos ante una serie que no tiene prisa en explicar al espectador qué está pasando. Primero coloca las piezas sobre el tablero y, luego, con calma empieza a reunir todas las piezas del rompecabezas.

Ahora, voy a tener que darle una oportunidad a los libros de Michael Connelly, creador del personaje. Al no conocer la obra literaria no puedo deciros si esta adaptación televisiva es una digna deudora de la pluma de Connelly. No obstante, si la consideramos como un producto independiente, Bosch es una serie de notable alto. En muchos aspectos, Harry Bosch me recuerda a otro de mis personaje televisivos favoritos: Walt Longmire, el sheriff de Absaroka. Incluso, encuentro similitudes entre Bosh y el Rayland de Justified. Los tres son hijos del negro sobre blanco, personajes cortados por el mismo patrón, con sutiles pero notables diferencias. Una noche deberían salir de copas.

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