martes, 22 de septiembre de 2009

Bambi contra Godzilla de David Mamet

Si no sabéis quien es David Mamet dejad de leer porque tal vez nada de lo que diga aquí os interese.

David Mamet es el escritor de este fabuloso libro del que ahora hablaré pero no sólo eso. No, el señor Mamet es guionista, director y evidentemente también escritor. Un hombre tremendamente polifacético con una gran carrera a sus espaldas y autor de guiones y películas que deben ser recordadas. Admiro profundamente a Mamet desde que vi State and Maine hace ya unos añitos. A partir de aquel momento me puse a buscar enfermizamente (mis obsesiones y yo) todo el material posible sobre su obra.

Está relacionado con títulos como El cartero siempre llama dos veces, Los intocables, Veredicto final, Hoffa, Glengarry Glen Ross, La trama, El caso Winslow o Cinturón rojo, Oleanna, American Buffalo..... y un largo etcétera. También con la serie The Unit.

Este judío de Chicago, ganador de un Pulitzer, dos veces nominado al Oscar es una de las mentes más ingeniosas y auténticas de la ponzoñosa industria cinematográfica actual.

El título de este libro proviene de un corto de los años 60, creo recordar, de Marv Newland. Aquí os lo dejo. En opinión de Mamet, el cine se ha convertido en un monstruo, un Godzilla capaz de aniquilar cualquier brote de ingenio (Bambi) surgido de la mente de un guionista y destrozarlo para perpretar películas malas que no aportan nada y desmerecen el nombre del cine.

En este libro os encontraréis frases como:
  • El artista es, de hecho, una especie de gangster. Se reacomoda la cintura del pantalón y entra en el banco del inconsciente en un intento de robar el oro de la inspiración. El productor es como el conductor que se da a la fuga tras un atropello y, después de vender el coche con el que se ha fugado, espera frente al banco sonriendo por el buen negocio que acaba de hacer.
  • Un experto en cálcuo estocástico afirmó que las probabilidades de ganar la lotería son tan escasas que no disminuyen de manera apreciable si uno no compra un número. Según él, uno tiene las mismas probabilidades de ganar si mira de vez en cuando al suelo con la esperanza de encontrar un número ganador, que se le haya caído a un pobre descuidado. Lo mismo ocurre con los guiones.
  • Hacer una película es un proceso muy simple. Basta con una cámara, un rollo y una idea (esto último es opcional).
  • Como es sabido, Harry Cohn [1891-1958, presidente de Columbia Pictures] dijo una vez que sabía cuándo una película iba por buen camino por una sensación en el culo. Estoy con él.

  • ¿Qué tienen de malo los estudios de audiencia? No sirven para nada. Si sirvieran, no habría fracasos.
  • Un chico vuelve a casa de la universidad y se encuentra con que su madre se acuesta con su tío y hay un fantasma rondando por ahí. Eso, bien escrito, es Hamlet; mal escrito, es La isla de Gilligan (Gilligan's Island, 1964).
Estamos ante un libro escrito por un hombre que sabe de lo que está hablando, que conoce muy bien el mundillo, las tretas, los atajos, que ha visto jugar a los más grandes y que sabe expresarse de maravilla haciendo de la lectura un auténtico placer. Se nota que Mamet ama su trabajo, que ha sufrido por él pero que a pesar de todo se ha mantenido al pie del cañón. También es evidente de que nos encontramos ante un rara avis dentro de Hollywood pues ha alcanzado un status que le permite hacer lo que quiera, un status basado en unos buenos trabajos avalados siempre por la crítica y el público.

Mezclando recuerdos con referencias, anécdotas con datos estadísticos, hechos con suposiciones Mamet nos muestra lo peor y lo mejor del cine. Redactado con gran ironía y sin caer en la autocomplacencia, disfrutamos de una experiencia cercana a la conversación con este gran autor. Si os gusta Mamet este libro es de lectura obligatoria, si os gusta el cine también, si aspiráis a ser guionistas debería ser libro de cabecera. Disfrutadlo.

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